martes, 4 de enero de 2022

Los 7 premios Nobel españoles

En los más de 100 años que tienen estos galardones solo siete españoles han logrado el premio Nobel: dos en medicina y cinco en Literatura. Repasamos la biografía de los escritores y científicos que han logrado este prestigioso premio. El último galardón fue entregado hace 30 años a Camilo José Cela, cuando el autor de La Colmena contaba con 73 años de edad.

Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura, 1989

Camilo José Cela (1916-2002), recibió el premio Nobel de Literatura en 1989 tras toda una vida dedicada a los libros. Esta pasión comenzó de manera curiosa,  mientras se encontraba internado en el sanatorio de Guadarrama. Aunque inicialmente ingresó en la Facultad de Medicina, pronto se interesó más por las letras gracias al poeta Pedro Salinas y sus clases de Literatura Contemporánea.

El encuentro resultó fundamental para el joven escritor, hasta el punto de despertarle totalmente su vocación literaria. Su primera obra fue el libro de poemas Pisando la dudosa luz del día, al que le siguieron su primera gran obra La familia de Pascual Duarte,  Viaje a La Alcarria (1948),  El cancionero de La Alcarria (1948) y, finalmente, su obra más reconocida:  La colmena (1951).

El autor ingresó posteriormente en la Real Academia de la Lengua Española, donde ocupó el sillón con la letra Q. Junto con otros intelectuales de su época, formó parte activa de la Transición española. Fue elegido senador en las primeras Cortes democráticas y revisó el texto definitivo de la Constitución Española. Entre los premios recibidos en la recta final de su carrera destacan el Príncipe de Asturias de las Letras, otorgado en 1987, y el Miguel de Cervantes, en 1995. En 1996 el rey de España lo condecoró con el título de Marqués de Iria Flavia.


Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura, 1977


Vicente Aleixandre (1898-1984), recibió el Premio Nobel de Literatura en 1977 como reconocimiento a su obra, y por extensión, a toda a Generación del 27. Este poeta polifacético, que anteriormente había recibido el Premio Nacional de Literatura en 1934 y el Premio de Crítica en 1963, también formó parte de la Real Academia Española. Su amistad con Dámaso Alonso y sus inquietudes literarias le llevaron a leer y a estudiar a los grandes poetas de la literatura universal, como Bécquer y Rubén Darío.
Sin embargo, en un giro del destino, fue una grave enfermedad y su lenta recuperación las que le llevaron a escribir poesías que finalmente fueron publicadas en las revistas culturales más importantes de la época, Ahí empezó su amistad con los otros componentes de la Generación del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda. Tras la Guerra Civil permaneció en España y su obra tomó una trayectoria muy personal. Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y es reconocido como el principal poeta surrealista español. Pasión de la Tierra (1935) o La destrucción del amor (1932), son algunas de las obras más relevantes de su antología poética.


Severo Ochoa- Premio Nobel de Medicina, 1959

El bioquímico y biólogo molecular Severo Ochoa (1905-1993) –en la imagen felicitado por su equipo de investigadores tras ganar el el Premio Nobel– obtuvo el galardón junto con el bioquímico estadounidense Arthur Kornberg por sus descubrimientos sobre el mecanismo de síntesis biológica del ácido ribonucleico (ARN) y el ácido desoxirribonucleico (ADN).

Los trabajos del profesor Ochoa ahondaron en el desciframiento del código genético, la biosíntesis intracelular de las proteínas y otros aspectos fundamentales de la biología de los virus.
El profesor se licenció en la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró poco tiempo después, aunque nunca llegó a ejercer como médico. En la Residencia de Estudiantes, en la que ingresó en 1927, convivió con grandes intelectuales de la época, como Federico García Lorca o Salvador Dalí.
En la década de 1930 realizó sus primeros estudios importantes sobre enzimología. Tras varios años de estudio de las enzimas, investigó el metabolismo de los hidratos de carbono y de los ácidos grasos. El descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN abrió un nuevo campo de investigación gracias al cual se consiguió aislar una enzima de la bacteria Escherichia coli, a la que llamó ‘polinucleótido-fosforilasa’, (ARN-polimerasa). Ello dio lugar al descubrimiento de la síntesis del ARN en el laboratorio. Un año más tarde, el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa, demostró que la síntesis de ADN también requiere de otra enzima polimerasa, específica para esta cadena. Estos extraordinarios hallazgos permitieron posteriormente el desciframiento del código genético.


Juan Ramón Jiménez – Premio Nobel de Literatura, 1956


Juan Ramón Jiménez (1881-1958) ganó en 1956 el premio Nobel por su trayectoria literaria, entre la que destaca su obra Platero y Yo, una selección de relatos en las que el autor rememoraba algunas vivencias de cuando era niño. El poeta onubense –retratado aquí junto a su mujer Zenobia Camprubí– cursó inicialmente Derecho y Pintura en la Universidad de Sevilla, pero abandonó sus estudios para dedicarse a la literatura, influenciado por Rubén Darío y los simbolistas franceses. En 1936, al estallar la guerra civil española, se exilió a Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, donde recibió el Premio Nobel de Literatura en 1956. Tras la muerte de Rubén Dario, ejerció un liderazgo entre los poetas más jóvenes de su tiempo.


Jacinto Benavente – Premio Nobel de Literatura, 1922


Jacinto Benavente (1866-1954) fue, además de un autor teatral, un prolífico director, guionista y productor de cine. Nacido en Madrid en 1866, hijo de un conocido pediatra, estudió derecho, pero a la muerte de su padre se embarcó en varios viajes por Francia y Rusia. A su regreso a España, editó y colaboró en diferentes periódicos y revistas. En 1892 publicó su primera obra: Teatro Fantástico, a la que seguiría Cartas de mujeres en 1893.  En 1899 fundó en Madrid el Teatro Artístico, en el que colaboró con Valle Inclán. Las obras de Benavente tratan con todos los estratos de la vida; son a la vez serios y cómicos, realistas y fantásticos. El autor ofrecía a los lectores un retrato fiel de la sociedad de la época, reflejado en obras como La Gobernadora (1901), Rosas de otoño (1905), Señora ama (1908) y La Malquerida (1913), o Los intereses creados (1907), considerada una de sus obras maestras. El autor siguió trabajando hasta poco antes de su muerte. Su obra póstuma: “El bufón de Hamlet” fue publicada en 1958.


Santiago Ramón y Cajal -Premio Nobel de Medicina, 1906


Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) compartió el premio Nobel de Medicina en 1906 con Camilo Golgi, en «reconocimiento por su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso”. Este médico español especializado en anatomía patológica fue de niño aprendiz de barbero y luego de zapatero. En su juventud deseaba ser artista, movido por su extraordinario don para el dibujo que se evidencia sus ilustraciones.
Sin embargo, su padre, que era profesor de anatomía aplicada en la Universidad de Zaragoza, lo persuadió para que estudiara medicina.
En 1873 obtuvo una licenciatura en Medicina en Zaragoza y posteriormente sirvió como médico en el regimiento de Burgos. Participó en una expedición a Cuba en los años 1874-75, donde contrajo malaria y tuberculosis. A su regreso se convirtió en asistente en la Facultad de Anatomía de la Facultad de Medicina de Zaragoza (1875) y luego, a petición propia, director del Museo de Zaragoza (1879).
En 1877 obtuvo el título de doctor en Medicina en Madrid. En 1880 comenzó a publicar trabajos científicos, los más importantes de los cuales son el Manual de histología normal y técnica micrográfica (1889), el Manual de anatomía patológica general (1890).
Cajal tiene en su haber más de 100 artículos publicados en revistas científicas francesas y españolas, especialmente sobre la estructura del sistema nervioso, así como monográficos sobre músculos y otros tejidos.Además, cosechó un elevado número de distinciones, entre ellas las de ‘miembro de la Real Academia de Ciencias de Madrid en 1895 y de la Real Academia de Medicina de Madrid, en 1897. Además, fue nombrado doctor honorario por la universidad de Cambridge en 1894, de Würfurb en 1896 y de Calrk en 1899. A él le debemos el descubrimiento de las hendiduras sinápticas, el espacio que separa las neuronas, cuyos mensajeros químicos permiten la comunicación entre ellas. Sus hallazgos sentaron las bases del conocimiento sobre el funcionamiento del sistema nervioso central y periférico.


José Echegaray, Premio Nobel de Literatura en 1904


José Echegaray (1833-1916) fue un personaje polifacético que despuntó en disciplinas tan dispares como la ingeniería, la dramaturgia, la política o las matemáticas. Ingeniero de formación, tuvo además una distinguida carrera en el Gobierno de España, donde ocupó cargos relevantes, como el de ministro de Obras Públicas y de Finanzas, además de senador vitalicio del Consejo de Instrucción Pública. En el apogeo de su carrera se decantó por la dramaturgia, una disciplina que cultivaba con pasión desde su juventud. Entre las obras más destacadas figuran La esposa del vengador (1874), En el puño de la espada (1875) y En el pilar y en la cruz (1878), la cual desató una gran controversia a causa de su defensa de la libertad de pensamiento. Son igualmente reseñables Conflicto entre dos deberes (1882); Locura o Santidad (1877); y El gran Galeoto (1881), una obra en la que se realiza un alegato en favor del honor y en contra de la hipocresía en la que el autor elabora además una reflexión acerca de su idea del teatro.

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